domingo, 19 de abril de 2015

La puerta prohibida



China a través de los ojos del periodista italiano Tiziano Terzani
Lo que quiero hacer esta semana es reseñar el libro que más me ha ayudado en intentar "entender" China, por lo poco que he entendido hasta ahora. Ese libro, que se ha traducido al español con el título La puerta prohibida, es un libro que he vuelto a leer varias veces, al que he echado un vistazo cuando tenía alguna duda y pensaba que, a lo mejor, volviendo a leerlo, podía encontrar algo que antes me había perdido. Antes de hablaros de lo de que va el libro, quería hacer una pequeña introducción sobre su autor, para que sepáis quién era Tiziano Terzani, y qué vida increíble vivió. 

Tiziano Terzani

Tiziano Terzani nació en 1938 en Florencia y en su juventud, que se caracterizó por una cierta militancia izquierdista, tuvo la posibilidad de estudiar en la Universidad, y de trabajar para la Olivetti, que por aquel entonces era una de las pocas empresas - o la única incluso - que tenía una visión socialista de la organización del trabajo y de la vida en las fábricas. Luego, se dio cuenta de que quería ser periodista, y se recorrió las redacciones de media Europa para ofrecer sus servicios como corresponsal. Así empezó su correspondencia regular desde Asia para el Der Spiegel de Amburgo, a través de la cual pudo vivir los que fueron los grandes acontecimientos del continente asiático de la posguerra: la guerra de Vietnam y la liberación de Saigón por los guerrilleros vietcong, el conflicto en Cambodia, donde arriesgó ser fucilado por los Jemeres Rojos, la caída del Imperio Soviético, el régimen maoísta en China etc. 

El día de la liberación de Saigon

El Palacio del Potala en Lhasa, Tibet

Terzani había siempre tenido cierto amor y cierta curiosidad hacia China, especialmente hacia su forma de gobierno comunista. Durante los años de la universidad tuvo incluso la posibilidad de irse a América a estudiar el idioma chino gracias a una beca que le ofrecieron. Vivió en China diez años, en la década de los 80. Después de China vivió en Japón y Tailandia y fue justo en Bangkok donde se acordó de que, veinte años antes, un adivino le había dicho que en 1993 habría tenido que viajar sin coger nunca algún medio de transporte que volara porque si no habría puesto en peligro su propia vida. Y ese viaje dio lugar a otro libro maravilloso, Un adivino me dijo, que trata de una aventura increíble, es decir, recorrer toda Asia sin volar nunca, interrogando en cada lugar a un adivino diferente. Después de Tailandia se fue a India y aquí descubrió de tener cáncer. Visitó a los mejores especialistas en Europa y EE.UU., hasta que decidió refugiarse en las montañas de Himalaya, período en el que logró aceptar la muerte como un acontecimiento natural, al cuerpo como un medio para la mente. Terzani murió en julio de 2004 en su casa en Italia, en Orsigna, una zona de Toscana en los Apeninos. 

"La única experiencia nueva que puedo hacer es la muerte y lo siento sólo por qué no podré escribir sobre ella."

Himalaya

"Ha subido aún más arriba!"
"Buen viaje Tiziano."

La puerta prohibida 


Terzani se había creado una identidad China a partir de mediados de los sesenta, cuando había decidido que su nombre chino habría sido Deng Tiannuo. Sin embargo, tuvo que esperar aún diez años más para poder llegar a China, en la década de los 80, periodo en el que Mao ya había muerto y Deng Xiaoping movía los primeros pasos hacia las reformas del sistemas económico.
Durante esos años Terzani se dio cuenta, poco a poco, de que en realidad el mundo socialista del que había oído hablar era sólo un sueño que el gobierno de la República Popular vendía al resto del mundo y lo que encontró fueron los restos de un experimento que había fracasado tristemente. Lo que buscaba era la nueva cultura que tendría que haber nacido de la revolución y, en cambio, lo que encontró fueron los restos de la vieja, maravillosa cultura que mientras tanto había sido sistemáticamente destruida por los guardias rojos en nombre del socialismo más extremo. En nombre del "Gran Salto Adelante", los comunistas decidieron destruir todo lo que representaba la "vieja" China: templos, antiguas ciudades, arcos de triunfo, objetos antiguos. Frente a todo eso, Terzani empezó a criticar ásperamente el régimen. Su trabajo de crítica seguía un esquema de fondo que a su vez se centraba sobre todo en el que era el grande cambio de la China pos-mao, es decir, el nuevo horizonte económico y la vuelta en auge de los valores del confucianismo. Debido a su actividad de periodista no conforme a los valores del partido, pasados unos años, fue arrestado, enviado a un campo de reeducación y expulsado del país para siempre. 
Terzani en su obra describe la que es la situación pos-maoista de la sociedad china, o sea, el redescubrimiento de las artes marciales, la nueva política demográfica, el saqueo arqueológico de las ciudades y de los monumentos e incluso la crianza de los saltamontes, una actividad que antes era prohibida y clandestina. En ese panorama, evidencia cómo, a pesar de los cambios de los que os hablaba antes, el equilibrio de la República Popular siguiera fundándose en la imagen símbulo de la momia de Mao, sujeto de una silente adoración del pueblo. Mao seguía representando a un agujero negro que absorbía cualquier tipo de fuerza de cambio substancial. Terzani ha sido capaz de analizar con lucidez y ojo crítico lo que era China antes de Mao, lo que significó la llegada del comunismo y cómo se fue organizando después de Mao la sociedad, cuáles fueron las fuerzas que empujaron al cambio y cuáles fueron los límites del cambio mismo. 
Los artículos más significativos de ese periodo acabaron formando un libro, Fremter unter Chinesen. Reportagen aus China, que luego fue publicado en Italia con el título La porta proibita
A pesar de ser llenos de detalles, nombres y referencias, los capítulos del libro son breves y agradables, el estilo de Terzani es sencillo, utiliza términos que son al alcance de todos. Si lees una página no puedes no leer la que sigue y lo que os aconsejo es también la opción de leer los capítulos de manera desordenada, según lo que más os interese en ese momento, ya que son totalmente independientes los unos de los otros, aunque participen todos de igual manera a formar un dibujo final en el que cada historia y cada matiz tienen su papel. 
Un punto de vista interesante que viene delineándose en uno de los capítulos del libro es el punto de vista de sus hijos, Folco y Saskia a los que, según como el mismo afirma en la dedicatoria de La puerta prohibida, "impuse mi amor por China", ya que, con la mujer de Terzani también, siguieron al padre en su aventura. Frecuentaron a lo largo de su infancia la escuela china y Folco, el más grande, dice que aprendieron "a marchar, a saludar a la bandera y a arrojar bombas de mano". 
Además, no faltan capítulos sobre las provincias musulmanas de Kashgar y Xinjiang y sobre la historia y la situación actual de Tíbet. Terzani dedica también un capítulo a las recién surgidas Zonas Económicas Especiales, instituidas por Deng Xiaoping, con la apertura al capitalismo de estado, sobre todo la ciudad de Shenzhen, que aún hoy en día representa uno de los centros económicos e industriales más importantes del país. 
De manera fluida y coherente, Terzani ha sido capaz de describir el que ha sido el llamado "siglo chino", con todas sus incertidumbres, sus dudas, sus incoherencias y sus problemas, muchos de los cuales aún hay que resolver.

Giulia Di Filippo

1 comentario:

  1. Desde que descubrí a Tiziano Terzani en Modena (julio 2007) he gozado y aprendido mucho al leer sus libros en italiano.

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