¿Sabéis cómo se contraía matrimonio
en China hace apenas unos 50 o 60 años atrás?
Se trata de un proceso realmente
curioso, repleto de tradiciones y costumbres muy estrambóticas para los
occidentales, a pesar de que en España hace 60 años también se concertaban
matrimonios…
Existe una figura fundamental en el
proceso de contraer matrimonio que se conoce con el nombre de casamentera. Ser
casamentera se consideraba una profesión, cuya función consistía en servir de
unión entre la familia del novio y de la novia y llevar a cabo todos los
trámites y los pasos requeridos. Es obvio que cobraba por los servicios que
ofrecía y, en ocasiones, cifras bastante elevadas.
En aquella época, las
casamenteras poseían un gran prestigio, puesto que colaboraban de manera
indirecta en el factor reproductor de la sociedad.
Con el fin de que fueran muy
vistosas y les reconocieran fácilmente, se vestían con colores llamativos y se
pintaban un lunar sobre el lado derecho de los labios.
Las casamenteras no se encargaban
únicamente de mediar entre las dos familias, sino que también debían tener
controlados a los jóvenes y observar las características de cada uno para
identificar qué parejas eran compatibles.
De hecho, antiguamente en España existía la celestina o la alcahueta, esa mujer que facilitaba y encubría las relaciones amorosas. Así pues, no se trata de un fenómeno extraño para nuestra cultura. La única diferencia reside en que en España ya no se pone en práctica esa costumbre y en China sigue funcionando.
¿Qué pasos seguían para contraer
matrimonio?
- En primer lugar, los hombres debían acudir a una casamentera para que les busque una mujer adecuada y pida su mano en su nombre.
- En segundo lugar, la casamentera debe preguntar por la fecha de nacimiento de la mujer y el apellido de su madre.
- En tercer lugar, las familias acudían a un astrólogo para que adivinara el futuro del matrimonio.
- En cuarto lugar, el hombre enviaba regalos a la familia de su futura esposa con el objetivo de confirmar el enlace.
- En quinto lugar, la familia del novio debía elegir la fecha para la ceremonia. No podía ser una fecha escogida al azar, se debía elegir con cuidado, teniendo en cuenta el calendario chino. Posteriormente, se le comunicaba la fecha a la familia de la novia.
- Finalmente, el hombre debía recoger a su esposa en su casa de origen y llevarla a su propia casa. Era entonces cuando le retiraba el velo y podía verle el rostro por primera vez.
¿Y el divorcio? ¿Existía en aquella
época?
Sorprendentemente, en la sociedad
feudal, sí existía el divorcio. El rechazo del marido a su esposa era la forma
más habitual de llevar a cabo un divorcio (sí, únicamente el hombre podía
“divorciarse” de la mujer, no viceversa).
Solamente podía repudiarla por los
siguientes 7 motivos:
- No tratar bien a los suegros
- No tener hijos
- Tener relaciones sexuales con otros hombres
- No permitir a su marido tener más mujeres
- Padecer alguna enfermedad grave y contagiosa
- Sembrar discusión entre los familiares de su marido
- Usar sin permiso los bienes familiares
Sin embargo, se establecieron
también tres condiciones bajo las cuales el hombre no podía separarse de su
mujer, a pesar de que ésta cometiera los errores mencionados:
- Si esta no tenía ningún familiar
- Si ha estado de luto junto con su esposo tres años por el fallecimiento de su suegro o suegra
- Si ha pasado momentos difíciles junto con su marido a comienzos de la vida matrimonial
¿Actualmente existen las
casamenteras en China?
Es sorprendente el número de chinos
que actualmente contratan este tipo de servicios. ¡Y es que aún existen casamenteras!
Este es el caso de una casamentera
de estos tiempos (en la actualidad, no se conocen con ese nombre, sino como buscadoras
del amor): ella se llama Yang Jing. Sus clientes suelen ser hombres muy
adinerados que están dispuestos a pagar una suma de dinero considerable por
encontrar a una mujer adecuada para ellos. Yang comenta que un cliente les paga
hasta 30,000 dólares por su mujer ideal.
Personalmente, entiendo la costumbre de las casamenteras en la China de hace 60 años, puesto que las tradicionales eran muy estrictas y marcaban en gran medida el estatus en la sociedad. Sin embargo, no puedo llegar a comprender cómo actualmente se pagan esas cantidades de dinero por encontrar a alguien teniendo en cuenta únicamente el físico. He leído que la mayoría de hombres que contratan estos servicios exigen que las mujeres sean muy blancas de piel, sean vírgenes, etc., de modo que no considero ético pagar dinero por una apariencia.
Creo que el amor va más allá de una cara bonita o de una cuenta bancaria con más ceros o menos. El amor se centra en la personalidad, en el interior, en el carácter del individuo, con lo cual pienso que esas parejas nunca llegarán a ser felices ni a gozar de su matrimonio.
El problema es que juzgamos los matrimonios concertados desde la óptica del amor, mientras que las parejas en China no se basan en este sentimiento, que es efímero, sino en si las dos personas serán compatibles a largo plazo y podrán mantener una buena descendencia. El cariño dentro de la pareja les parece mucho más importante que el amor, pero sólo se consigue con esfuerzo por parte de los dos.
ResponderEliminarLa cuestión de las parejas es muy interesante, porque parte de una óptica completamente diferente de la nuestra. Te animo a que sigas leyendo sobre el tema: te sorprenderá la visión tan diferente que tenemos de la pareja y la familia en una y otra cultura.
Entonces, ¿no existe el amor en la sociedad china? ¿Cómo se sustentan los matrimonio y las familias? ¿Por costumbres, por rutina, por obligación...? Personalmente, me resulta extraño, puesto que no entiendo cómo mantienen la ilusión y el ánimo si no tienen sentimientos fuertes hacia la otra persona... Les preguntaré a las chicas chinas de la facultad y seguiré informándome.
ResponderEliminarSandra